¿Sabías que desde finales de los ’80 empezaron a llegar a Corea del Sur raperos coreano-americanos para brillar en la escena del país? ¡Te contamos sus historias en Con K de Kpop!
Si sigues un poco de cerca la industria musical coreana, sabrás que es muy común que en los grupos de idols haya al menos un integrante extranjero. Pero lo que quizá no sepas, queride K-Piñer, es que la primera escena en la que se ha visto esta llegada de gente de fuera de Corea del Sur fue,la del hip hop. Los llamados chaemi gyopo, ciudadanos norteamericanos de origen coreano fueron pioneros de este movimiento entre países. Los primeros raperos coreano-americanos llegaron a finales de los ’80, cuando en Corea del Sur se estaba asentando la democracia (buen timing). ¡Te presentamos a tres de sus pioneros a continuación!
Tiger JK: el padrino de los raperos coreano-americanos
Tiger JK nació en Seúl, y se mudó a Estados Unidos junto a su familia con doce años. Pasó su adolescencia en Los Ángeles, ciudad donde había una gran presencia de emigrantes surcoreanos. Así que, si escucháis una gran influencia del hip hop estilo West Coast, pues ya sabéis de donde viene. En 1998 debutó en Corea del Sur como parte del dúo Drunken Tiger, que formaba junto a DJ Shine. Y ambos se trajeron consigo el lado más «auténtico» del hip hop americano.
Letras en inglés, contenido explícito, referencias continuas al origen del hip hop (Estados Unidos), y la posición del hip hop coreano en la escena del hip hop global. Esto, y mucho más, caracteriza las letras de Tiger JK, que inspirarían los bolígrafos de raperos posteriores. Por eso es importante la figura de Tiger JK. Puso en diálogo Corea con Estados Unidos a través de sí mismo, dando voz, además, a la compleja situación que vivía la diáspora coreana tanto en el país de donde venía, como en su «madre patria».
YOON MIRAE: la madrina de los raperos coreano-americanos
Otra de las pioneras. Y parte de uno de los matrimonios más icónicos del hip hop coreano (su marido es Tiger JK, por si no lo sabíais). Pero YOON MIRAE fue mucho más que eso. Fue también reivindicación. Aunque sus letras iban por los mismos lados que los de Tiger JK, sus circunstancias personales le hicieron explotar otras temáticas. Ser mujer, y tener herencia racial mixta (su madre era coreana, y su padre afroamericano), no se lo pusieron nada fácil cuando se mudó a Corea del Sur desde su Texas natal. Pero eso no hizo que YOON MIRAE escondiera su talento, y debutara en solitario en 2001, después de participar en varios proyectos de grupo fallidos.
Una de las cosas que hacen la música de YOON MIRAE tan atractiva es que esta mujer tan bien te rapea que te deja sin aliento, como te canta de forma preciosa. Su interés por el R&B (estilo con el que su voz encaja perfectamente), hacen de su música una caja de sorpresas llena de versatilidad.
Tablo: el que llegó de América para hacer mainstream al hip hop
Sin duda, uno de los nombres más conocidos de la industria del hip hop, junto con el de Epik High, crew de la que Tablo es líder. Entre sus muchos logros, está el de conseguir, junto a sus compañeros Mithra y DJ Tukutz, que el hip hop dejase de ser un nicho underground. Algo que generó mucho debate (y peleas musicales) en el momento. Pero el hecho es que Epik High, y Tablo, se convirtieron en un referente para generaciones posteriores de raperos en Corea.
Tablo, que pasó gran parte de su infancia y toda su adolescencia en Canadá, se graduó de Standford en Literatura Inglesa y Escritura Creativa con todos los honores. Y no es para menos. Si habéis escuchado sus letras, sabréis por qué. Da igual coreano que inglés, las imágenes emocionales y visuales que crea el rapero en sus canciones están fuera de lo común. Lo bonito de sus metáforas se junta con lo crudo de sus mensajes, inspirados en sus experiencias vitales. Sus problemas de salud mental, su narración de la campaña de odio que sufrió, y el realismo con el que retrata sus relaciones personales lo han convertido en un referente para los raperos coreanos que más amamos en la actualidad.











