El Kpop, como todas las industrias, tiene un lado oscuro y muy turbio. Pese al intento de las empresas de construir una imagen transparente e inocente para sus artistas, al final del día siguen siendo personas y -aunque cueste admitirlo- no los conocemos. El caso Burning Sun fue un escándalo que dio la vuelta al mundo. Ha sido el mayor de los últimos años y parece que todavía no se ha terminado.
Advertencia de contenido sensible: En este artículo vamos a hablar del caso Burning Sun, en el que se destapó que varios idols habían abusado sexualmente de muchas chicas y habían montado un negocio para venderlas a inversores. También se tratarán otros temas como drogas, violencia y suicidio.
Advertencia sobre la información: Todo lo expuesto en la noticia lo hemos sacado de un documental de la BBC y noticias de prensa. Intentaremos ser lo más precisas posible, pero es un caso muy amplio y pueden haber incongruencias.
En 2019 salieron a la luz mensajes de varios grupos de chats en Kakao Talk (el WhatsApp coreano) que demostraban que estaban vendiendo prostitutas. Aparentemente, varios artistas de bandas muy conocidas estaban involucrados. Poco a poco, fueron saliendo nombres: el cantautor Jung Joonyoung, el guitarrista de FT ISLAND Choi Jonghoon y el maknae de Big Bang Lee Seungri. Podéis imaginaros el shock que vivieron tanto los fans del kpop, como la sociedad coreana. Desgraciadamente, aquella primera información era solamente la punta del iceberg.
Videos de mujeres siendo arrastradas en contra de su voluntad, fotografías de chicas semidesnudas e inconscientes, comentarios peyorativos… Años y años de abusos sexuales salieron a la luz y ahora los recoge el documental de la BBC Burning Sun: Exposing the secret K-pop chat groups, que ya ha alcanzado las cinco millones de visitas.
«Las drogaban, las insultaban y las humillaban. Eran como juguetes para ellos«, ha afirmado Kang Kyungyoon, la periodista de SBS que dio la exclusiva, en el documental. Un abogado al que le filtraron todos los archivos decidió compartir con ella el contenido del pendrive e investigaron en conjunto el material hasta que dieron con los culpables.
El escándalo salpicó a celebridades, inversores y también a las autoridades. Fue una trama que puso de relieve la corrupción que existía (y que continúa, según desvela el propio documental) en el aparato estatal coreano. Pero vayamos al principio. El hecho que permitió que toda la trama saliera de las sombras, una denuncia por «molka» contra el artista Jung Joonyoung.
¿Qué es el «molka»?
Este término existe solo en Corea. Se utiliza para definir los vídeos que son grabados de manera ilegal y sin consentimiento con cámaras espía para posteriormente distribuirlos. Se captan imágenes de las víctimas en su estado más vulnerable, como al momento de cambiarse en un probador, ir a un lavabo público o mantener relaciones sexuales.
Precisamente por esto último la exnovia de Jung Joonyoung le denunció en septiembre de 2016. Había estado grabándola secretamente, pero ella se dio cuenta en el acto y acudió rápidamente a la policía antes de que difundiera las imágenes.
Se negó a entregar su teléfono
Durante la investigación, el mayor problema fue que Jung Joonyoung se negó a dar su teléfono a los agentes por si descubrían el material que había borrado de su dispositivo. Llegó incluso a declarar que se le había roto el móvil. Tras entregarlo a una compañía privada sin que la policía jamás lo revisara, le absolvieron por falta de pruebas.
«Es evidente que la investigación se llevó a cabo de manera precipitada con la intención de cerrar el caso«, ha asegurado la periodista Park Hyosil, que publicó este primer escándalo sexual. La corrupción policial ya empezaba a olerse.
El chat de Kakao Talk
Aunque la policía nunca pidió una copia de los datos del móvil de Jung Joonyoung , tres años después del cierre de la investigación alguien filtró toda la información que contenía el dispositivo a un abogado que luego lo pasó a la prensa. Esta vez, la que siguió el caso fue Kang Kyungyoon, periodista de SBS.
Le habían pasado varios mensajes del cantautor en Kakao Talk entre 2015 y 2016 y lo que llamó particularmente la atención a la periodista fue un grupo de chat con otros idols con los que parecía muy cercano: Choi Jonghoon, guitarrista de FT ISLAND, y Lee Seungri, el maknae de Big Bang.
Aunque en el documental no se menciona, también estaban Lee Jonghyun de CNBLUE, que admitió haber distribuido vídeos, y Yong Junhyung de HIGHLIGHT.
Mujeres inconscientes
Durante los dos años extraídos del móvil, la periodista descubrió las «escapadas» de Jung Joonyoung y sus amigos fuera de Seúl. En los chats estaba todo: mensajes, fotografías, vídeos… No tardó en darse de cuenta de que se estaban cometiendo varios delitos y ni siquiera podía asegurar si había más víctimas.
A principios de 2016, Jung Joonyoung y Choi Jonghoon viajaron a un resort a las afueras de la capital con otros amigos y amigas. La periodista ha explicado que aquella noche, después de beber unas copas, los chicos compartieron vídeos y fotografías por el chat con contenido sexual. Las mujeres estaban inconscientes y semidesnudas.
Dos meses más tarde, los dos artistas hicieron otro viaje a Daegu (en el sureste del país) con otros hombres que formaban parte del chat de Kakao Talk. Durante la noche, asaltaron a una chica y la violaron en grupo. De nuevo, ella estaba inconsciente y despertó al día siguiente desorientada, sin saber qué había pasado. No sería hasta años más tarde que denunciaría el abuso.
Tras cometer la atrocidad, Jung Joonyoung acudió a un fansign a la mañana siguiente y en los vídeos del evento no muestra signo alguno de arrepentimiento o remordimiento.
Apertura de Burning Sun
Los chats desvelaron que Seungri llevaba meses intentando captar a inversores taiwaneses, japoneses y chinos para abrir un club nocturno. En esa época tenía fama de ser el rey de la fiesta, particularmente en el barrio de Gangnam.
Para seducir a los que manejaban el dinero, el artista les invitaba a fiestas privadas en las que contrataba a prostitutas. «Seungri utilizaba a las mujeres como herramientas para conseguir inversión de gente rica«, ha explicado Kyungyoon. El artista logró reunir la cantidad que necesitaba y abrió la mayor discoteca de Gangnam: Burning Sun, ubicada en el hotel Le Meridien.
Dos negocios
Al poco de abrir, los rumores acerca de la discoteca se esparcieron. Algo ocurría en el Burning Sun, pero la gente continuaba yendo. Al fin y al cabo, el mismísimo Seungri pinchaba por las noches.
Si tenías suerte, ibas al club y tras pagar una considerable cantidad por la entrada tenías acceso al sitio más prestigioso de Seúl. La fiesta era bestial, habían fuegos artificiales, gente de mucho dinero… Una locura. Sin embargo, tu destino podía ser otro muy diferente y terrorífico.
Cuando las mujeres entraban en la discoteca, automáticamente se convertían en posible mercancía para los clientes VIP. Y es que el verdadero secreto de Burning Sun era el negocio sumergido en las profundidades del local.
Algo a cambio
Los clientes VIP pagaban mínimo 1.400 euros por mesa, que se convertían en 7.000 euros los fines de semana y hasta 70.000 euros en eventos como Navidad o Halloween. Al pagar tanto dinero, esperaban un beneficio extra. Por eso, se construyeron espacios secretos en el fondo del club para estos inversores. Ahí, recibían fotografías de chicas, la mayoría borrachas, y tenían la oportunidad de elegir a cuál querían. Los propios trabajadores del Burning Sun hacían lo que fuera para llevarlas hacia donde se encontraban los clientes, si no lo hacían por propia voluntad las llevaban a la fuerza o las drogaban.
Decenas de mujeres fueron abusadas durante el tiempo en el que el club estuvo abierto y las autoridades tenían pleno conocimiento de ello. También lo tenían los trabajadores del hotel Le Meridien, en cuyas habitaciones se perpetraron muchas de las agresiones.
Eventualmente, el Burning Sun se vio envuelto en varios escándalos, entre ellos un molka que fue grabado dentro de los baños de la discoteca y distribuido en páginas pornográficas. El club se vio obligado a cerrar en 2019 y fue cuando SBS publicó la exclusiva sobre los chats de Jung Joonyoung.
Goo Hara
La artista Goo Hara, integrante de Kara, fue clave en la investigación para descubrir quién era el fiscal general de la Policía corrupto que aparecía en los chats y protegía a los abusadores. Al enterarse de los reportajes, Goo Hara contactó a la periodista y le contó que conocía muy bien a Choi Jonghoon, pues se conocían desde que eran trainees.
Ella fue la que le insistió al guitarrista para que desvelara quién era el hombre que ostentaba el cargo de poder y que les protegía desde las sombras. Y lo consiguió. El fiscal general era policía y trabajaba en la residencia presidencial.
Goo Hara le explicó a la periodista que ella también había sido víctima de molka. Un año antes, su exnovio la había grabado y amenazado con publicar. Aunque fue condenado por chantaje y asalto, la artista no soportó la presión y se quitó la vida.
Juicio y sentencia
Gracias al trabajo del abogado y la periodista que destaparon la trama, muchas víctimas dieron un paso al frente y denunciaron a sus agresores.
El tribunal condenó a Jung Joonyoung a 6 años de cárcel por la violación grupal de Daegu y por grabar y distribuir molka. A Choi Jonghoon le cayeron dos y medio por la violación grupal y Seungri fue sentenciado a 18 meses de prisión por obtener prostitutas para inversores, fraude, molka e incitar a la violencia. Paradójicamente, aunque fue al que más delitos le impusieron, su tiempo en prisión fue el más corto. Por otro lado, el fiscal general corrupto fue absuelto de todos los cargos.
Acoso de los fans a las periodistas
El caso Burning Sun también generó dos víctimas colaterales. Las periodistas que destaparon los crímenes de los idols fueron objeto de odio, amenazas y violencia verbal durante años por parte de los fans de los artistas condenados que se negaban a creerse las noticias.
La periodista Park Hyosil, la que informó sobre la denuncia de la exnovio de Jung Joonyoung por molka, recibió ataques de muerte, insultos y llamadas a las cinco de la mañana. A causa del shock y del estrés, sufrió de dos abortos involuntarios. Le costaba salir de casa, pero la periodista ha expresado que aun así no abandonó su trabajo porque sentía que, de hacerlo, los acosadores iban a «ganar» y podían perpetuar sus acciones hacia otras compañeras.
Kang Kyungyoon, que también estaba embarazada cuando hizo públicos los chats, fue acosada durante tres años.
¿Y ahora?
En marzo de este año, Jung Joonyoung terminó su condena y algunos medios locales han informado de que ha contactado a personas de la industria para seguir con su carrera musical, esta vez como productor.
Seungri, que ya cumplió su condena -al ser la más corta-, ha reunido el dinero para abrir otro club y lo va a hacer en Camboya, según la prensa coreana. Choi Jonghoon, por su parte, está a punto de salir de prisión.
El sistema penal coreano claramente necesita una revisión. No obstante, este escándalo también puso de relieve otra cuestión como fans: ¿Hasta qué punto debemos defenderlos sin conocer los hechos? Tomar partido es inevitable, no obstante, cruzar la línea y perjudicar a terceros nunca es la solución.