Todes disfrutamos de las galas de premios de la industria surcoreana cada año, pero, ¿sabéis cómo nacieron? ¡Os lo contamos en Con K de Kpop!
Cuando acaba Halloween, sabemos que estamos a punto de presenciar el despertar de Maria Carey, y a ver el espíritu de Navidad invadirlo todo. Pero, aunque nos encante la Navidad, les kpopers sabemos qué se viene en esta época del año: los grandes premios fin de año de la industria surcoreana. Los Melon Music Awards, los Golden Disc Awards y, sobre todo, los tan odiados como queridos MAMA. Apuntamos la fecha en nuestro calendario para no perdernos la gala donde actuarán nuestros grupos favoritos, y donde compartiremos, a horas indecentes, la alegría (y las decepciones) de muchos otros.
Pero aunque muches pensamos que estos premios nacieron cogidos de la mano del K-pop, la verdad es que el formato ya estaba ahí antes. Por eso, os traemos un breve cuento sobre cómo, y por qué, nacieron los premios fin de año en Corea del Sur.
La llegada de un nuevo medio de comunicación
La clave está en la televisión. Este medio de comunicación llegó a Corea en la década de los ’60 del siglo pasado, y la KBS fue la primera compañía de radiodifusión en lanzar su canal de televisión (en 1961). Una época un tanto complicada para el país: mucha pobreza, mucha dictadura, y mucha falta de infraestructuras tecnológicas. Esto hizo que la televisión en este momento fuese un medio muy minoritario. Pero los empresarios no se rindieron, y apostaron por el contenido musical para atraer a la audiencia surcoreana (sobre todo, la más joven). Así es como, entre otras cosas, nacieron los shows musicales semanales (¿os suenan?).
En la década de los ’80 se introdujo la televisión a color en el país. Esto puede parecer un poco anecdótico, pero en realidad fue el golpe decisivo que hizo de la industria musical surcoreana lo que conocemos hoy. Al mejorar el atractivo de la imagen, las cadenas de televisión empezaron a promover performances más vistosas.
El baile se impuso en las actuaciones, e incluso se contrataban crews de baile para acompañar a les artistas. El éxito de audiencia de esta estrategia hizo que la televisión se convirtiese en uno de los principales medios para consumir música. Un nuevo estatus que las cadenas reforzaron a través de los premios fin de año, inspirados en los formatos countdown de los premios semanales.
Nacimiento de los premios fin de año
Los dos primeros fueron el Gayo Daesang, de la KBS, y el Sipdae Gasu Gayoje, de la MBC. En ambos, los premiados eran siempre artistas que habían hecho apariciones previas en ambas cadenas. Sí, fue una forma bastante sutil de decir «o vienes a nuestro programa, o no te llevas premio mi ciela». Este mensaje no tan entre líneas no tardaría en asentar en la mente de la gente la idea de que la televisión era la quién decidía qué artista era famose. Si a esto le sumáis que todavía nos encontramos en una dictadura (y en su peor fase a nivel de represión), podéis adivinar que realmente era el régimen quién controlaba a través de la televisión el mainstream musical.
Pero llegaron los años ’90, y con ellos la democracia a Corea del Sur. Y la audiencia empezó a no tragarse el control que los canales de televisión «de siempre» tenían sobre la industria musical. Algunas mentes visionarias vieron en este cambio de mentalidad la oportunidad perfecta para crear nuevos canales de televisión privados. Privados y dictadura-free. Así es como nacieron canales como la SBS y la Mnet, que incorporaron a su programación los formatos musicales desarrollados por la KBS y la MBC. Incluyendo, sí, las galas de premios de fin de año.
Plataformas digitales en Corea del Sur
Entre finales del siglo XX y el siglo XXI, las plataformas digitales empiezan a hacerse un huequito importante en el consumo musical surcoreano. Y aunque las televisiones vieron que esto podía afectarles (para mal), se las apañaron para mantener su relevancia en la industria bastante dignamente. Programas como el Music Bank, Inkigayo y Mnet Countdown surgieron en esta época, y todavía hoy son los lugares escogidos por les artistas del mainstream para dar a conocer sus últimos lanzamientos. Parecía que el estatus de las cadenas de televisión se había salvado.
Pero el mundo de las premiaciones está, desde los 2000‘, dominado por un panorama empresarial mucho más variado que en el siglo anterior. Ejemplo de eso son los Melon Music Awards, que se organizan físicamente en Seúl de forma anual desde 2009.
Detrás de estos premios está realmente LOEN Entertainment, ahora Kakao Entertainment, que se unió en ese año con la plataforma de SK Telecom, Melon (que ahora también es de Kakao…) para reflejar los gustos de sus usuarios en una gala anual.
Expansión global de los premios fin de año
Con el Hallyu u Ola Coreana, estas premiaciones empezaron a tener seguidores a nivel internacional (sí, nos declaramos culpables). Al mismo tiempo, las propias cadenas de televisión también vieron que las plataformas digitales podían ser también unas amigas que convenía tener al ladito. YouTube no fue una excepción.
La cadena Mnet fue un claro ejemplo de esto, porque fue la que se lanzó primero a esta aventura. Su perfil siempre ha estado bastante orientado a «lo que pasa fuera de Corea». Y eso le llevó a convertirse en una de las cadenas más preocupadas por expandir la música coreana por el mundo. Se unió a CJ E&M para aliarse con YouTube. El objetivo era conseguir llamar la atención de un público internacional. De este «avengers assemble» nacieron los MAMA, que por este enfoque en lo «internacional» tuvo sedes en el extranjero desde 2010, algo nunca visto en unos premios surcoreanos. Y cuyo seguimiento, por lo tanto, no habría sido posible sin ser retransmitida por YouTube. Un paso que luego darían muchas galas de premios, hasta el día de hoy.
Está claro que las innovaciones tecnológicas han tenido mucho que decir en el desarrollo de los premios fin de año surcoreanos. Y que los formatos han ido cambiando con el tiempo, escuchando las exigencias del público. Pero lo que está claro es que está peculiar relación amor-odio que tenemos los kpopers con estos premios son parte de una larga tradición en Corea del Sur.
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